Ayer 6 de Noviembre, el señor Dan y el que os escribe, nos fuimos a ver uno de esos conciertos en los cuales nos dejan pasar como prensa acreditada (aún conseguimos engañarles).
Con una temperatura ambiente de -4 ˚C (que frio que empieza a hacer aquí en Oslo, coñe), nos encaminamos hacia la sala Parkteatret, un local relativamente pequeño situado en el barrio “chic” de la ciudad escandinava. Zeal & Ardor ya habían tocado en años anteriores en dicho recinto, logrando en sus conciertos vender el aforo total del local, el cual suma 500 plazas. ¿Serían capaces de lograrlo otra vez?
Abrieron las puertas a las 19:00, como viene siendo costumbre en todas las salas de conciertos de la ciudad, y poco a poco la gente empezó a llegar, primero a cuentagotas, pero para las 20:00, el aforo estaba prácticamente completo. Mientras esperábamos, nuestro querido fotógrafo y yo nos refrescamos el gaznate con la clásica, cara y siempre decepcionante cerveza noruega.
Cuando el reloj dio las 20:00 exactas, los dos integrantes de NYOS (los teloneros) salieron al escenario. Estos dos muchachos fineses llevan “haciendo ruido” como ellos dicen desde 2014, lo cual no explica la razón por la cual su preparación de cara al concierto era casi nula. Nada más salir, en lugar de empezar a tocar, decidieron que era un buen momento para afinar los instrumentos, cosa que por lo general se hace con ligera anterioridad, pero en fin.
Tras el comienzo más anticlimático de la historia, el batería procedió a empezar lo que sería un solo de 40 minutos, acompañado por una guitarra discordante con la cual no compaginaba lo más mínimo. No me malinterpretéis, los muchachos no son malos músicos, pero sus habilidades brillarían mucho más en algún grupo de otra índole, y no en un dúo de metal ambiental instrumental. A pesar de mi opinión, parece que un 10% de la audiencia estaba realmente embelesada por su música.
Ya sabéis como va esto. No importa lo que diga la gente, si algo os gusta, no permitáis que nadie os diga lo contrario.
¡Por fin! ¡Las 21:00!
Se apagan las luces, y aparecen 5 figuras encapuchadas (la bajista Mia Rafaela Dieu no estaba presente) y empieza la magia al ritmo de Sacrilegium I. El sonido es bueno, la batería golpea con cada uso del bombo y las luces, a pesar de ser un poco discordantes, ayudan con el ambiente.
Se acaba la introducción y empieza el caos. Tiziano Volante (guitarrista) no para quieto, de lado a lado del escenario, llenando cómo puede el espacio dejado por la bajista de la banda. Los coristas (Denis y Marc) hacen lo propio, siendo capaces de marcar sus presencia aun estando quietos, escoltando a Manuel (vocalista y guitarra), tanto en las voces como nuevamente en la presencia sobre el escenario.
Tras cuatro canciones, el líder de la banda por fin saluda al público, estableciendo claramente “Somos Zeal & Ardor y nos hablamos mucho, esperamos que no os importe”, y así fue, ya que las siguiente palabras no cantadas que recibimos por su parte fueron para despedir a la banda. Por lo general, me gusta que los grupos interactúen con el público, pero en este caso, rompería el ambiente que la banda intenta crear, por lo que no se echa tanto en falta.
Sonaron todos los temas más conocidos del grupo (lo cual no es complicado, solo tienen dos discos), tales como Devil is Fine, Ship on Fire, Row Row y otros. Yo no llegue a echar en falta ninguna canción, pero si que es verdad que la sensación entre escuchar el disco y ver el concierto es bastante diferente con esta formación. El orden de las canciones en los álbumes tiene un significado y una lógica, cuentan una historia y evitan que los sencillos se puedan solapar, ya que la estructura entre ellos es bastante similar. En el concierto, sin embargo, la sensación es un poco más apelmazada, pero aun así, no llega a hacerse pesado.
¿En mi opinión? Un gran concierto que le recomendaría a cualquier fan del Metal y de la música alternativa.
¿Volvería a verles? Sin dudarlo, pero tengo la esperanza de que en el futuro sean capaces de llevar al escenario todos los trucos que demuestran en el estudio. Espero poder ver el día en el que Zeal & Ardor salgan al escenario con un coro de góspel completo, una pequeña orquesta y mucho más atrezo teatral. Se lo merecen y son capaces de hacerlo.
Bandas:
Sala:
Fotografía:
Dan Puchol